martes, 1 de febrero de 2011

La neurona es una célula

La neurona es una célula altamente especializada. Puede ser excitada, es decir, ante un estímulo responde con una respuesta eléctrica, razón por la cual se la considera, al igual que a la célula muscular, una célula excitable. El cambio eléctrico que genera se propaga, en la mayoría de los casos, a lo largo de sus prolongaciones. Las neuronas se clasifican en sensitivas, motoras o de asociación, de acuerdo con la función que desempeñen. Las primeras transportan información de los receptores sensoriales hacia el sistema nervioso central. Las motoras la llevan del sistema nervioso central a los órganos efectores, músculos o glándulas. Las interneuronas o neuronas de asociación son intermediarias, es decir, conectan las neuronas entre sí. Las neuronas forman cadenas y redes, a lo largo de las cuales viajan los impulsos nerviosos. Aquellos puntos, en los que una neurona se relaciona con otra, de manera anatómica y funcional, reciben el nombre de sinapsis (Fig. 1C). Entre otras cosas, las sinapsis determinan la dirección de los impulsos nerviosos y permiten la integración de señales excitatorias e inhibitorias, por eso son de gran importancia funcional. Ejemplos sencillos de un conjunto de neuronas organizadas para cumplir una función se pueden observar en el arco reflejo, que experimentamos al retirar la mano frente a un estímulo de dolor en un dedo, o en el reflejo rotuliano, provocado por el médico durante un examen clínico. Consiste en el estiramiento brusco del tendón del músculo cuádriceps generado por un golpe seco debajo de la rodilla. Como reacción, el músculo cuádriceps se contrae y extiende la pierna. Esta respuesta se complementa con la relajación de los músculos flexores ubicados en la parte posterior del muslo. Estos reflejos son mecanismos funcionales simples del sistema nervioso. En ellos no hay participación de la voluntad, en otras palabras, no hay intervención del cerebro. En la Fig. 2 se esquematizan las estructuras que se necesitan para que haya un arco reflejo Estas estructuras son las prolongaciones de las neuronas sensitivas que pueden localizarse en la piel, los músculos, las articulaciones o las vísceras. Las neuronas sensitivas o aferentes se ubican en los ganglios sensitivos del SNP, desde donde parten los axones que entran en el SNC y establecen contactos sinápticos con las neuronas intercalares. Estas, a su vez, establecen contactos sinápticos con neuronas motoras o eferentes, cuyos axones emergen del SNC y establecen sinapsis con células musculares o con otros órganos efectores. Para realizar esta tarea el sistema nervioso utiliza señales eléctricas y señales químicas. Estos dos tipos de señales son universales y son la base del funcionamiento del sistema nervioso de vertebrados e invertebrados. Se hallan en todos los niveles del sistema nervioso y en todas las especies que posean un sistema nervioso, aun cuando este sea rudimentario o primitivo. Las señales eléctricas, también conocidas como impulsos nerviosos o potenciales de acción, permiten generar un código basado en el número, frecuencia y distribución de las señales individuales. Los impulsos se propagan fielmente por decenas de metros y a velocidades de hasta 100 metros por segundo (360 km por hora), a lo largo de una prolongación neuronal. Como en el SNC las distancias son de milímetros o centímetros, las señales eléctricas llegan de un punto a otro de la neurona en milésimas de segundos. Las señales químicas, por el contrario, son más lentas, locales y están dirigidas –fundamentalmente– a comunicar las neuronas entre sí en el nivel de la sinapsis. Si bien el sistema nervioso de un ser humano está formado por miles de millones de neuronas que se comunican entre sí por numerosos contactos sinápticos, los fenómenos básicos de comunicación neuronal se pueden analizar tomando un modelo mucho más sencillo.

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